…pues no lo sabemos, pero quién puede presumir de saberlo.
2002.
Un grupo de actores, recién egresados -entre los que se encuentran Nohemí y Roam- invita a Chucho a dirigirlos, quien acepta y cierran el trato. No tienen texto, ni dinero, ni nada. Tras un año de extraños ensayos en una vieja casa habitada sólo por dos gatos, un alacrán y numerosos indicios de actividad paranormal; inspirándose en Vian y Ellington, tienen la osadía de presentar La canción del nenúfar, obra cuyo guión fue registrado únicamente en sus cabezas, pero con mucha música en vivo.
2003.
En 2 intensas semanas, Nohemí, Chucho y Roam, destilan la susodicha obra. Del proceso resultan tres canciones, que, mezcladas con otra media docena de ellas, y salpimentadas con humor y audacia, dan lugar a un pequeño show con sabor a music hall. En un taller de torno, encuentran una guitarra: ¡la necesitan! En una arrebatada acción, sustraen del local al instrumento y al tornero, cuyo extraño nombre -Jhova- les parece donoso y funambulesco. Integran a la guitarra, con todo y Jhova, al acto. Llaman al espectáculo Café conSer.
2003, también.
Solicitan al gran artista Iker Vicente, logos, diseños y dibujos para identificar al grupo. Al entregarles los materiales, éste declara: “El nombre se veía muy soso, le añadí la palabra “sensacional””. Nace La Sensacional Orquesta Lavadero.
2005.
Nostálgicos del cielo, del circo y su niñez, crean En las nubes, espectáculo para espacios abiertos con elementos circenses.
2008.
En un lúgubre rincón de una escuela de actuación escuchan a un estudiente (de ente + estudiante) tocar la guitarra y, como necesitan un percusionista, de inmediato, sin dejarlo concluir sus estudios, lo reclutan. Alejandro -que así se llama- adopta el sobrenombre “Gesso”, porque cree que Roam y Jhova también usan apodos. (Continuará).
2008 (Continuación).
Preparándose para una función, ante el espejo, maquillando su grácil rostro, alguien dice: “deberíamos hacer un espectáculo en el que todos nos disfrazáramos de mujeres”. Crean Agraciadas damitas, show de humor carnavalesco, lleno de improvisación y música. Montan las canciones, se compran vestidos, charlan sobre el espectáculo, beben cerveza y deciden celebrar su quinto aniversario estrenando esta creación. Olvidan ensayar, pero cinco años no pasan en vano: el show es un éxito.
¿?-2008.
Chucho se toma su tiempo para idear un repertorio individual. El proceso -quizá largo, tal vez no, todo es relativo- concluye y el producto es titulado, no sin humor, Este poluto mundo.
2013.
Son obligados a clausurar el Primer Encuentro Internacional de Clown de la Ciudad de México con un estreno. Víctimas de la dirección de Chucho, el más añoso de la compañía, quien se halla sumido en melancólicas reflexiones sobre la muerte y el sentido de la vida, crean Mi mundo es alegre.
2015.
Al darse cuenta de que nunca ha sido acosado por fantasmas del pasado, Chucho decide hacerse perseguir, cada noche, en sus visiones oníricas, por espectros elegidos cuidadosamente. Con la escasa cordura diurna en su haber, compone Confusionario, manifiesto escénico unipersonal en el que, con tremenda sinceridad, se dice a sí mismo: “No eres más que un payaso”.
2016.
En el teatro Esperanza Iris, uno de los más antiguos y bellos de la Ciudad de México, La Sensacional Orquesta Lavadero se encuentra a punto de celebrar su décimo tercer aniversario. El telón sube y deja ver a las mil trescientas personas que han llenado el recinto. Gesso murmura: “Quiero llorar”. Comienza la función.