
Individuo férreo. Sólo toca la guitarra. Sólo con la Sensacional Orquesta Lavadero. Sólo alterna esta actividad con el esforzado empeño en su taller de torneado de férreos metales.
Es un manifiesto vivo: el artista que se aleja del hombre común para flotar en insustanciales nubes de elitismo, merece su desprecio categórico. Aprecia, en cambio, al artista que, en congregación, flota en nubes de etilismo, lo cual suele hacer con Roam y Gesso en las giras. En tales ocasiones, suele lanzar sabias sentencias dignas de un alegre buda báquico.
Como guitarrista es tan concentrado como cuando esculpe una pieza a punta de buril. Tanto, que a veces olvida que los otros miembros del grupo están tocando con él.