
Este homo escénicus ha afrontado con exultante gallardía la actuación, la clownería, la dirección, la ejecución de hartos instrumentos musicales, la composición, el canto, la escritura dramática y la enseñanza.
Es el máximo representante de la Disciplina dionisiaca, consistente en hacer las cosas por gusto, cada minuto del día y opíparamente proveído de cerveza.
Es tan prolífico, que su formación en la Escuela Nacional de Arte Teatral casi se pierde entre las páginas de su currículo y se ha vuelto, digamos, ajonjolí de todos los moles en el mundillo teatral del país; tan audaz, que es el único en La Sensacional Orquesta Lavadero con dos hijos. DOS.
Es el director artístico (lo cual implica que también escribe, compone actúa y toca) de la compañía de teatro-cabaret Género menor.
Presume de ser el brazo derecho de Chucho, quien dice que sí, que es cierto.